Lagos de Tristaina & Tour de Francia

Correteando junto a los lagos de Tristaina

Era el primer día de vacaciones en Andorra y coincidía que el Tour de Francia pasaba por este pequeño país. La etapa empezaba en la capital del Valle de Arán, Vielha, y terminaba en la estación de esquí andorrana de Arcalís.

Así que aproveché para matar dos pájaros de un tiros: hacer una ruta por las proximidades de Arcalís visitando los lagos de Tristaina, y después presenciar el final de etapa cerca de la meta.

Ya desde el día anterior, nada más llegar a La Massana, donde me alojé, pude contemplar un gran ajetreo de tráfico de coches y autocaravanas que se dirigían a la carretera donde se encontraban los kilómetros finales de la etapa, para pasar la noche allí mismo. Así que en vista de la gran expectación que levantaba la llegada del Tour, madrugué para poder dejar el coche lo más arriba posible.

Salí de La Massana, pasé por Ordino, Arans... y en Llorts me encuentro con que la policía andorrana esta cortando el paso a vehículos, desde ese punto hasta la meta (a unos 15kms) ya estaba totalmente tomado por seguidores de la Grande Boucle con sus coches y caravanas. Así que dejo el coche aparcado en Llorts y desde ese punto improvisado iniciaría la ruta.

Junto a la carretera de Ordino a Arcalís por la que subirían los ciclistas, discurre el río Tristaina, y en paralelo un sendero que lleva hasta la zona de los lagos de Tristaina. Y fue ese sendero el que seguí desde el punto donde dejé el coche, sendero que forma parte de la ruta Verdaguer, la cual termina en el Puerto de Creussans. Un puerto con vistas impresionantes ubicado en la frontera con Francia, al que me acercaría en las jornadas siguientes del viaje por Andorra.

Remontando el río hasta alcanzar los Lagos de Tristaina

Así pues, los primeros kilómetros de la ruta transcurren por la orilla del río atravesando zonas de gran vegetación. Pasamos cerca de la población de El Serrat y se va ascendiendo y remontando el cauce del río de forma progresiva hasta que se llega el momento de cruzar la carretera. Donde pude observar el gran ambiente y la gran cantidad de gente que había venido a presenciar los kilómetros finales de la etapa del Tour.

Tras cruzar la carretera, continuo por el sendero ladera arriba, por una zona más despejada de árboles que permite ver grandes panorámicas del valle, y ver el trazado de la carretera con sus sinuosas revueltas por las que pasarán los ciclistas.

Antes de alcanzar el Estany Primer

Siguiendo el sendero junto a riachuelos y cascadas, llegamos al primero de los lagos de Tristaina, Estany Primer, al cual también se puede llegar fácilmente desde el aparcamiento de la estación de esquí de Arcalís, de hecho es el punto donde más gente me encontré, incluso familias con niños por su fácil acceso.

Tras bordear la orilla de este primer lago encajado en un bello paraje, podemos ascender y continuar la ruta para visitar los dos siguientes lagos, Estany del Mig y Estany de Més Amunt. En este caso no nos acercamos a la orilla, y la visita de los lagos es a media altura. Tras alcanzar el último y más grande de estos lagos, nos encontramos en una encrucijada de caminos que llevan al Port de Albelle, al Pico de Tristaina (frontera con Francia) o podemos continuar bordeando el Circo de Tristaina. En mi caso opto por volver por el mismo camino y así deleitarme nuevamente con las estampas espectaculares de los lagos de Tristaina.

En el punto más alto de la ruta, cerca de los últimos neveros que quedan a estas alturas del año y sin quitar los lagos de mi vista, tomo un pequeño tentempié para recuperar energías del gran esfuerzo realizado con el ascenso continuo desde el inicio de la ruta.

Tras esta parada vuelvo al primero de los lagos por un sendero paralelo al de la ida. Y desde aquí me dirijo a la estación de esquí de Arcalís, donde se encuentra montada toda la parafernalia que rodea un final de etapa del Tour de Francia. En ese punto dejé de grabar la posición GPS, y el track de la ruta realizada se puede descargar en el enlace de Wikiloc.

14272725#Ruta Verdaguer - Lagos de Tristaina - Arcalis

Tomo un tentempié en el Resturante de La Coma y me dedico a contemplar el gran despliegue de medios que supone montar un final de etapa del Tour de Francia y su retransmisión en directo. Cuando se aproximaba la hora de llegada de los ciclistas, aparecieron por la carretera todos los vehículos y camiones de sponsors que forman las gran caravana publicitaria.

Bolas de granizo durante llegada a meta

Cuando la llegada de los ciclistas era inminente, el cielo se cubrió rápidamente de nubarrones negros y comenzaron a descargar agua de manera descomunal. Era increíble cómo en cuestión de minutos un día plácido, soleado y despejado se torna en un día de perros con una tormenta brutal, cayendo bolas de granizo de forma tan intensa.

En cuanto a los ciclistas, que de antemano ya tenían que afrontar esta etapa reina del Tour de gran dureza, subiendo varios puertos a lo largo del recorrido y acabando en las rampas de este puerto de categoría especial, se iban a encontrar con estas condiciones meteorológicas tan adversas en los kilómetros finales. Así, esta etapa durísima se convirtió en una etapa épica luchando contra todos los elementos.

Sin lugar donde cobijarme, aguanté en la zona de meta cómo buenamente pude para presenciar la llegada de los primeros ciclistas, admirando su gran capacidad de esfuerzo. Tras un minutos viendo llegar al ganador de etapa (Dumoulin) y algún que otro favorito cómo Purito, Aru o el líder Froome, decido retornar al coche carretera abajo mientras me sigo cruzando con ciclistas, el gran pelotón y los coches de los directores de equipo.

Corriendo carretera abajo con la tromba de agua

Hice 13 kms corriendo carretera abajo junto a un gran torrente de agua sobre el asfalto. Se me hizo duro después de la ruta realizada por la mañana, que al final entre una cosas y otra ese día acabé haciendo 30kms. Y eso que no quería liarme mucho por el maratón de montaña que me esperaba unos días después. Eso si, me lo pasé como un enano disfrutando de la situación tan dantesca que se había propiciado.

Este es un ejemplo de como pueden cambiar de forma tan drástica las condiciones climatológicas en la alta montaña. Por eso, siempre conviene estar preparado para lo que pueda presentarse.

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