Miradores de Ordesa y Añisclo

Cañón de Añisclo

Ruta circular sin dificultades que transcurre por un lugar tan espectacular como es el Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido. Paredes verticales, desfiladeros y grandes praderas serán testigos de este recorrido.

La ruta se inicia en el pueblo de Nerín, en un pequeño aparcamiento donde comienza la pista de tierra que sube a Cuello Gordo. Comenzamos a caminar por dicha pista pero enseguida nos desviamos por el sendero que va acortando las largas vueltas que hace la pista rodada. Llegaremos a un cruce, continuamos por la izquierda en dirección a Cuello Arenas, a la derecha sigue el camino hacia el Pico Mondoto, que será el camino por donde realizaremos la vuelta.

Cañón de Arazas desde Cuello Gordo

Alternando sendero con pequeños tramos de pista llegaremos a Cuello Arenas, una encrucijada de caminos. Desde ahí se puede continuar por la pista de la izquierda hacia los Miradores de Las Cutas, girar a la derecha en dirección de la Faja Pardina, o continuar de frente en dirección al Refugio Goriz, que será el camino que tomemos.

Siguiendo por el camino en dirección al Refugio Goriz llegaremos a Cuello Gordo, el más impresionante mirador sobre el cañón de Arazas del Parque Nacional Ordesa. Desde allí podremos disfrutar de un fantástico panorama con excelentes vistas de las paredes verticales del Cañón de Arazas en toda su extensión hasta el fondo del cañón con la cascada de Cola de Caballo.

A continuación desandamos el camino realizado hasta la zona de Cuello Arenas para desviarnos y aproximarnos a la cabecera del barranco de la Faja Pardina.

Barranco Faja Pardina

La ruta prosigue bordeando la Faja Pardina por su parte superior, donde podemos deleitarnos con unas formidables vistas de la Faja de Pardina y del macizo del Monte Perdido.

Nos aproximamos hasta la cornisa del Cañón de Añisclo a la altura de la Ripareta, desde donde contemplamos el cañon en toda su extensión.

En contraste con el frondoso cañón que tenemos bajo nuestros pies, el sendero de vuelta a Nerín discurre por un paisaje de grandes praderas sin apenas sombras, pero con estupendas vistas. En nuestro camimo de regreso pasaremos junto a la Estiva y al Pico Mondoto. Para finalmente descender hasta Nerín. nuestro punto de inicio y fin de la ruta.

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Se trata de un recorrido poco frecuentado pero realmente espectacular, donde disfrutaremos en solitario de la belleza natural que atesora este salvaje rincón pirenaico.

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